Lunes, 05 Septiembre 2011

Jujuy. Diario de Viaje IV – Jujuy la verde

Esta será la última entrega del diario de viaje, como se me ocurrió denominar a esta serie de notas surgidas de la invitación realizada por la Secretaría de Turismo y Cultura de Jujuy, con la colaboración, entre otros, de Aerolíneas Argentinas.


por María Shaw

Jujuy está indisolublemente unida al paisaje de la Quebrada de Humahuaca, uno de los 3 destinos más recomendables para ser visitados de la República Argentina.  Pero hay otras áreas no menos importantes en lo turístico y en lo paisajístico. Los valles, la puna y las yungas (selvas).

En este relato, vamos a internarnos entre valles, sierras y montañas, a muy pocos kilómetros de la capital, San Salvador de Jujuy.


La tarde del martes 23 de agosto, estaba fresca, pero con sol. Luego del almuerzo en el Ohasis Hotel, salimos con nuestro guía Gustavo y el chofer Luís, a una excursión al circuito “Lagunas de Yala y Termas de Reyes”, al noreste de la ciudad. Primero la Ruta Nº 9 y luego transitamos por la Ruta 4, que se interna en un valle partido en dos por el río Yala, donde en el paraje Los Nogales, se encuentran grandes residencias de verano de los jujeños, con hermosos jardines y piscinas, enclavadas entre cerros. La temperatura allí suele tener 6º menos que en la ciudad, por eso el área es centro de veraneo y lugar ideal para un picnic bajo los árboles. En seguida comenzamos a trepar por un camino de cornisa, que Luís supo sobrellevar a pesar del susto de algunos periodistas.

Luis tratando de sacar fotos con varias cámaras

 Laguna Desaguadero

Abajo, el río Yala, donde se suelen pescar salmones y truchas. La altura se hacía sentir, y

al pasar Puente Negro, ya estábamos a 2.100 metros sobre en nivel del mar, y de golpe

pudimos apreciar una espectacular vista de San Salvador de Jujuy, y estábamos a sólo

28 kilómetros de la capital.

Todo el grupo con Gustavo el Guía

Esa zona de “pre yunga” (boque), forma parte del Parque Provincial Potrero de Yala, y se

suceden valles, cerros (para los uruguayos con dimensiones de “montañas”), lagos, vertientes,

con un tapiz de verde impactante, con manchas de colores grises y rosas, correspondientes

a los duraznos y ciruelos. 

Los cerros con durazneros y cerezos en flor

Escondidas entre los cerros, están las seis lagunas de altura, aunque pudimos llegar sólo a

tres de ellas: Desaguadero, Rodeo y Comedero. Un paisaje que a uno lo deja sin palabras.

Laguna Rodeo

El “Complejo de la Laguna”, sobre la Rodeo, cuenta con una hostería, camping ecológico y

un restobar con especialidades como trucha arco iris… y platos regionales.

Dan ganas de quedarse!!!

Es una zona ideal para la práctica del senderismo, safaris fotográficos, avistaje de aves, flora

y fauna, cabalgatas guiadas, pesca (en lugares autorizados, como la laguna Rodeo). No están

permitidos los baños ni las actividades náuticas, para preservarlas, ya que estas lagunas forman

parte de una cuenca hídrica que provee de agua a numerosas poblaciones de la zona, según

nos explicó el guardaparque.

Colegas argentinos entrevistan a nuestro Guía Gustavo

Partimos de regreso a la ruta, para internarnos en otro valle, que nos llevará a Termas de

Reyes, donde los monarcas incas solían ir a tomar los baños de sus beneficiosas “aguas sagradas”

donde sanarían sus cuerpos y espíritus, ya que les atribuían poderes mágicos.

Llegamos al atardecer, para poder apreciar el lugar desde un mirador a gran altura, la Quebrada

del Río Reyes rodeada de cerros.

Vista de la Quebrada del Río Reyes desde el Mirador

En la zona existen más de 40 lugares con aguas termales, que surgen a gran altura,

a 58º. El agua se entuba, se enfría, y es llevada a piscinas públicas y privadas.

Hotel Termas de Reyes

“Sentite lejos, estando cerca” dice el eslogan, pues queda a sólo 18 kilómetros de San Salvador

de Jujuy, por ruta Nº 4. Allí en la década del ’40, el gobierno nacional construyó un enorme

complejo hotelero, a 1830 metros sobre el nivel del mar. Hoy  está privatizado, renovado y

acondicionado a las más altas exigencias del turismo internacional. Clásico y elegante, con una

vista que impacta, pues desde todos sus ventanales, salones, spa, solarium y piscinas, la montaña

se cuela por su cercanía, con su exuberante vegetación.

Piscina del Hotel y la montaña

Por el camino nos cruzamos con gauchos a caballo, que volvían a su pago, luego de las festividades del fin de semana largo; es que la ciudad de Guerrero, una de donde las tradiciones criollas se guardan con respeto.
 
Con sierras, quebradas, cerros, montañas, lagos, ríos, arroyos, guardados en nuestra memoria, regresamos a la capital, para la cena de despedida en el restaurante típico “Manos Jujeñas”, donde pudimos degustar “tamales”, “lomo de llama con papas rústicas, mole y queso de cabra” con vinos jujeños.

De este viaje al norte argentino, destaco la calidez de la gente, el pueblo jujeño, que nos recibió de brazos abiertos, para darnos a conocer sus maravillas paisajísticas, sus costumbres, su historia.

Hacen honor al eslogan de su folletería: “te va a encantar”, y yo agrego: “te va a fascinar”, y vas a querer volver!!!

Un agradecimiento especial al Director Provincial de Turismo, Lic. Juan J. Martearena;  al responsable de Comunicaciones y RRPP de la Secretaría de Turismo y Cultura,  Rubén Monerris y su señora, al guía Gustavo Barnichea de Norterama Viajes y Turismo, a Luis el chofer de Adelita Viajes, al Vice Gobernador Pedro Antonio Segura; al Secretario Administrativo de la Legislatura Gustavo Rosenblüth, a la gente del Ohasis Hotel, a las autoridades de Aerolíneas Argentinas y a los colegas de Argentina y del CIPETUR con quienes compartimos este viaje.

 

L/D

 

www.cipetur.com