Lunes, 08 Junio 2015

Maldonado realizó su 1ª. Expo de “Comercio, Industria y Servicios”

La Cámara Empresarial del Departamento de Maldonado (CEDM) junto a sus asociados, organizó este fin de semana del mes de junio, una exposición en la Plaza de Maldonado. El evento contó con el apoyo de la Intendencia departamental, el Municipio de Maldonado y los ministerios de Industria y de Trabajo, la entrada era libre para todo público.

por María Elisa Fernández Delgado

Más de 30 socios de la CEDM  expusieron sus productos en los stands que conformaban la gran carpa, junto con un stand institucional que reservó la Cámara para todos aquellos socios que acercaron folletería, datos sobre convenios vigentes y/o información de sus comercios y servicios. A pesar del clima inhóspito de los dos primeros días (viernes y sábado, 5 y 6 de junio respectivamente) la gente apoyó y los visitantes se sucedieron a lo largo de las jornadas hasta que el domingo cerró con un sol radiante la Expo. También, se había previsto una segunda carpa para presentaciones y conferencias, donde además se concentraron los espectáculos musicales en vivo y las degustaciones. El lugar elegido - la plaza San Fernando de Maldonado - fue un ir y venir de vecinos y comerciantes; la propuesta apuntaba a favorecer el desarrollo de los rubros en los que trabaja Maldonado.  

La prensa local, Canal Once, participó en uno de  los stands, destinó un equipo para realizar entrevistas y registrar lo que acontecía en la Primera Expo. También se invitó a exponer a la socióloga Silvia Fuentes, integrante del Círculo de Periodistas de Turismo (CIPETUR) quien conduce un programa radial en Rocha y da clases a los jóvenes. La panelista expuso sobre "Competencias laborales: presencias y ausencias en la empresa de hoy". La misma se realizó el sábado a la tarde, con público interesado en el tema. Más tarde, el expositor Sr. Alejandro Passadore, representante inmobiliario de larga data, expuso sobre "Punta del Este, de Capital Universal del Turismo a Paraíso de la humanidad", y con este grandilocuente título, cualquiera dedicado al turismo debería interesarse por conocer a qué referiría. Allí estuve y recogí lo primordial de ambas ponencias.

 “COMPETENCIAS LABORALES: presencia y ausencia en la empresa de hoy”

Recientemente se aprobó la Ley de Trabajo Juvenil (19.133) que  beneficiará a los empleados. El día que entró en vigor, se eligió por parte del Gobierno Nacional la presentación pública en Maldonado y se realizó en el local del INAU. Contó con la presencia del director departamental, Diego Barboza, el presidente de la CEDM, José Pereyra, entre otros. La Ley estimulará la contratación de jóvenes a través de subsidios a las empresas otorgados por el BPS y facilidades a los jóvenes para trabajar y estudiar. La norma comprende al tramo entre 15 a 29 años. Según Barboza, en Maldonado existen 6 mil jóvenes cuyas edades van entre 13 a 17 años pertenecientes a los quintiles socio económicos más bajos. Las empresas podrán incorporar trabajadores bajo esta modalidad hasta un 20% de su planilla. En función de esta ley de empleo juvenil conocer de antemano lo que busca un empresario y lo que deben poseer los jóvenes para ofrecer, era el contenido a tratar por Silvia, fundamental guía a considerar por quien busca ingresar al mercado laboral.

La  competencia laboral  tiene varios conceptos pues depende, a grandes rasgos, de la interpretación de cada autor y de la legislación de cada país. Incluye un conjunto de “saberes”, expresó la disertante, referidos a capacidades y habilidades básicas que debe tener una persona dispuesta a trabajar. Entre ellas: saber leer y escribir, poder interpretar nociones básicas, de matemáticas o de un segundo idioma, tener capacidad para resolver problemas, etc. Refieren  todas ellas al conocimiento adquirido y a la capacidad de demostrarlo.

Muchos de ellos se adquieren en la educación formal y pueden constatarse en un certificado, carné o currículo dónde se informa de la educación formal que adquirió. Son competencias básicas  que le permiten integrarse  a la sociedad, y por tanto, sirven para la vida porque se aplican en cualquier lugar y momento. Hay recursos personales como: saber comunicar: liderar, compartir, negociar, saber trabajar en grupo, conocer, interpretar y cumplir con las normas sociales y específicamente las laborales. Además de la honestidad, la ética, la responsabilidad, puntualidad, compromiso y perseverancia. Son cualidades que facilitan u obstaculizan el desempeño de un trabajo. Hay autores que las llaman “competencias conductuales”.

Dos grandes pilares sostienen una competencia laboral: Lo adquirido en la educación formal y la experiencia de vida. Ambas moldean las cualidades personales y hasta los convierte en potenciales candidatos para un puesto de trabajo. No importa el nivel o rango del trabajo al que se aspira, porque todos deben pasar por estos procesos si buscan ser competentes en el trabajo. Por esto se dice que las competencias  laborales son cualidades, y características que tienen las personas, o sea,  son propias de un trabajador,  no es cualidad del puesto de trabajo que tiene tal o cual empresa. El aprendizaje puede ser: formal (educación, formación convencional), no formal (prácticas en un taller, oficina) o informal (aprendizaje en entornos laborales, sociales, familiares…) La nueva ley de empleo juvenil establece - durante un mes, una empresa puede tener a un joven  empleado “a prueba”, en el caso de los adultos puede ser hasta tres meses. El empresario releva evidencias que surgen de estos desempeños y los compara con la necesidad que tiene para satisfacer en la empresa.  Cuando la persona que se postula no cuenta con el  conocimiento que se requiere, debe aprenderlo – dijo Fuentes a los presentes.

Los recursos de una empresa. Al visualizar una empresa cualquiera se puede decir que ésta tiene “activos físicos”, dinero en caja, ingresos y beneficios, entre otros, pero es difícil inventariar los “conocimientos”. Por tal motivo,  es necesario concentrarse en los “activos del conocimiento” puesto que son imprescindibles para el éxito, además de ser un apoyo al rendimiento.  Quien los administra, puede decidir cómo desarrollarlos para generar crecimiento y una ventaja competitiva. Pero no hay que olvidar que existen conocimientos descartables. Mucho se habla de la innovación en la empresa, pero poco se dice que para alcanzarla hay que descartar algunos conocimientos, para incorporar otros nuevos.  Los conocimientos a la hora de trabajar son de dos tipos “activos de conocimiento” y los “activos estratégicos de conocimiento” estos últimos son los que marcan la diferencia en la capacidad de existir, competir y de prosperar dentro de una empresa. Cuando se logra saber cuáles son, se valora e incluyen en el activo de la empresa. Es el saber propio de la empresa, porque la ventaja competitiva está en las competencias de sus empleados y en las propias de cada trabajador. Por esto se dice que “La principal ventaja competitiva radica en lo que puede hacer la gente que se atrae a una organización, que el empresario es capaz de mantener y evitar que se marchen, más que en sus productos o servicios”.

Competencias que faltan al empleado actual, según los empresarios es la  responsabilidad. Una  encuesta reciente que realizó  la Cámara de Comercio y Servicios de Uruguay  planteó que el 52 % de los empresarios aseguran que es  la más importante.  Los jóvenes empleados según los empresarios se presentan a trabajar  pero no están preparados  o lo están poco (54%).  Por lo tanto, el perfil del empleado que se solicita por parte de un empresario es “ser responsable” (96 %); capacidad de “aprender cosas nuevas” (92 %); Otros: trabajo en equipo, comunicación efectiva, adaptabilidad, resolución de problemas e iniciativa (esta última es la más demandada) Lo menos que se encuentra hoy entre los jóvenes que buscan empleo, dice el empresariado, es la falta de iniciativa para resolver problemas. En cuanto a la capacitación, en primer lugar está “el no manejo de una segunda lengua”. Por otro lado, lo más destacado en los jóvenes es “el manejo de las nuevas tecnologías”.  Por tanto, hay que acercar el mundo de la educación al del trabajo generando instancias de capacitación de los empleados, por parte de la propia empresa.

La empresa visto por los empleados, la consultora  Propuestas realizó una encuesta sobre el tema en empresas de la zona (2012) y los datos recogidos plantean (61%) “Los empresarios te ofrecen un trabajo para secretaria y luego te piden que seas limpiadora, portera y cadete”.  Detrás de esta afirmación dijo Silvia, hay una falta de descripción de los puestos de trabajo, o no están definidos; tampoco, escritas e informadas las competencias que debe tener un trabajador. El 70 % de las empresas del sector servicios no la tenían y es cierto que las empresas solicitan, cada vez más empleados, para múltiples funciones. Esto por lo general sucede en las empresas pequeñas.

En definitiva, la forma de superar las carencias de personal será capacitando tanto al empleado como al patrón. Las habilidades para un puesto de trabajo se transforman en las competencias que se requieren para ese puesto.  Todas las personas deben contar con “la capacidad de adaptación al cambio, puesto que la vida de hoy es un constante desafío  al proceso de adaptación a lo “nuevo”. Más allá de las competencias que faltan o sobran en una empresa, hoy todos podemos contar con la capacidad de incorporar conocimientos nuevos. Este pilar se sostiene con la educación que se adquiere y los procesos que sobre ella ocurren para sumar competencias básicas en un trabajo decente” expresó por último.

En concreto, en la década del 70 la mayoría de los jóvenes varones querían ser aduaneros y las chicas secretarías; en la década del 80 los muchachos querían ser técnicos en informática y las chicas azafatas, en la década del 2000 quieren ser informáticos. Por tanto, el conocimiento cambia y cae. La empresa tiene que saber decir cuáles son los conocimientos a transmitir al resto de sus empleados. Pero ello se logra priorizando el conocimiento y las competencias laborales de sus empleados, además de  elaborar sus perfiles ocupacionales. Ambos, trabajador y empleador deben tener claro por qué se paga un salario, no se trata sólo de cumplir un horario, tampoco hacer lo que a uno le mandan, sino que se trata de tener en claro las tareas propias a cumplir y la función a realizar por las que se paga.  

La segunda exposición en próxima entrega…

L/D

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