Martes, 08 Octubre 2013

Dolores de crecimiento. Charla con el Contador Juan Martínez

En la nota de este mes del “El Empresario”, se entrevistó al  Contador Público de la UdelaR - MBA - Ucudal Juan Martínez Escrich, quien pertenece y desarrolla sus actividades en varias instituciones.

por Eduardo Segredo Polero

Es Presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes del Uruguay, Vice-Presidente  de la Cámara Uruguaya de Turismo, Directivo de Federación de Asociaciones de Empresarios Hoteleros de Iberoamérica, Directivo de la Asociación de Promoción Turística de Piriápolis, Miembro del Skal Montevideo, Miembro del Colegio de Contadores y Economistas  del Uruguay, Asesor de Empresas y finalmente Empresario Hotelero, con casi 30 años en el sector, por lo cual para nosotros fue un verdadero placer analizar con profundidad la mayoría de los temas que competen al turismo. Aquí va un resumen de una charla muy fraternal con un querido amigo de muchos años y un verdadero referente de esta noble actividad llamada Turismo.

Juan, ¿cuál es la situación del turismo a nivel internacional y nacional y cuáles son las incertidumbres para Uruguay al respecto?

“Más de una vez habremos oído o dicho a un niño que cuando le duele algo del cuerpo obedece a que esta creciendo, y lo vemos con alegría. Todos sabemos que crecer duele. Esto hoy está ocurriendo con el turismo en general, y con la hotelería en particular.
Durante los últimos 9 años hemos tenido una marcada tendencia de crecimiento del sector.
No voy a entrar en detalle sobre este tema, pero basta recordar que en el 2011 llegamos al récord de un turista por habitante, cifras que solo Francia (primer destino de turismo receptivo), ostenta hace años.

También es cierto que el crecimiento del sector, ha permitido que muchos inversores vean en el sector una opción valida para invertir, con rentabilidades por encima de colocaciones monetarias, cuyas tasas han caído año tras año.
Esta mirada al sector, se vio incrementada por la promulgación de la Ley de inversiones del año 2007, donde se obtenían subsidios o compensaciones por impuestos a las inversiones tecnológicas o de obra civil que se realicen en el País.

Fue así que el incremento de la demanda turística, la ley de promoción de inversiones, la baja rentabilidad de títulos públicos, entre otros factores, hizo que en los, últimos años los proyectos turísticos tengan tasas de retorno por encima de las demás opciones de inversión, y se hayan presentado ante la Comap decenas de nuevos proyectos de alojamiento por varios millones de dólares.

En los últimos dos años venimos observando como se van concretando los mismos, generando una oferta hotelera con varios miles de plazas más y de alta calidad.
Hoy nos enfrentamos a una oferta muy superior a la que teníamos hace 3 años y de alto nivel en infraestructura y equipamiento.

Pero, ¿qué ocurrió mientras se iban aprobando y construyendo estos proyectos?, nuestra economía se frenó, o mejor dicho, se produjo una desaceleración de nuestra economía, que sin dudas afectó a toda la actividad turística, de la cual la hotelería no solo es ajena, sino que es protagonista.
Este punto de inflexión en el crecimiento económico nacional, implicó que el tipo de cambio se haya estancado, o peor aun, haya bajado; que los costos internos hayan subido muy por encima de la inflación (llámese energía eléctrica, combustibles, telefonía); que los impuestos hayan crecido fruto de una política social de distribución, sacando donde ya no hay mas para sacar, para darle a quienes solo esperan esa dádiva a cambio de ningún esfuerzo; incremento del salario real, acordados bajo una coyuntura que luego cambio a la baja.

Está claro que esta situación se instaló en nuestra economía y permanecerá algún tiempo, pues los vientos a favor de la economía regional y mundial que arrastró a la nuestra, han variado, más bien entró en crisis, y eso también seguirá repercutiendo en nuestro País.

En este contexto regional, donde además ya hace un par de años que nuestros hermanos argentinos han tomado medidas de protección no arancelarias, que afectan directamente a nuestro turismo y a lo que últimamente se viene sumando Brasil con sus minidevaluaciones programadas que solo han conducido a la perdida de competitividad regional de nuestra oferta turística, resulta muy claro que el ingreso de turistas regionales ha disminuido y esa situación permanecerá por algún tiempo. En concreto, se nos achicó la torta.

Pero recordemos que la otra cara es que crecimos en la oferta hotelera, por consiguiente, vamos a comer un pedacito más chico de torta cada uno de nosotros.

Si a esto le sumamos que los que llegan al País, gastan menos que antes (recordemos que viven en una situación económica complicada y que tenemos precios relativos altos para ellos), y recordando que nuestra rentabilidad ha bajado, las conclusiones de la situación que estamos atravesando, es obvia, bajos niveles de ocupación con rentabilidad muy baja por los incrementos de costos.

Observemos que ante esta situación la peor medida que podemos tomar es bajar las tarifas, al hacerlo, ingresamos en una guerra de precios, para lograr mantener el índice de ocupación, lo que todos sabemos a lo que conduce; al cierre de nuestras empresas...

No olvidemos que aquellos que no han invertido en mejora de servicios, están en una situación de desventaja frente a los que lo hicieron, ya que su ocupación será menor (por la nueva oferta que existe), y eso puede conducirlos a graves problemas económicos que le impedirán realizar inversiones para mejorar su situación.

Esta situación, me hace recordar algunos furores comerciales que vivió el País, cuando fueron apareciendo canchas de pádel o rentadoras de videos, o carros de chorizos... basta para que se vea que el negocio es relativamente mejor que otros, para que todos nos volquemos hacia allí, logrando lo inevitable, que el negocio desaparezca.

La oferta creció y eso puede dolerles a algunos. La demanda bajó y también puede dolerles a otros.

Pero quejándonos del dolor, nos haremos nada para salir de esta situación.

Está claro que la oferta se debe planificar por parte de las autoridades, para que tengamos un crecimiento ordenado y focalizado donde realmente se necesita, evitando altas sobre ofertas en zonas puntuales.

También surge a la vista que debemos hacer gestiones para bajar los costos País y tomar medidas internas de reducción de costos o incorporación de formas alternativas menos costosas.

Pero esas medidas solo tienden a flotar en esta tormenta.

La manera de salir de la tormenta es muy sencilla, además de las medidas anteriores, debemos trabajar para agrandar la torta.
Debemos analizar la forma de traer mas turistas al País, ya sea incursionando en nuevos mercados (sin nuestra conectividad aérea lo permite); o creando y promocionando nuevos productos (turismo de negocios, turismo gastronómico, turismo cultural, turismo religioso).
Ahora bien, pensemos objetivamente, que diferencial ofrecemos como País, frente a otras opciones turísticas del mundo.

La naturaleza no nos ha dado grandes opciones diferentes, geográficamente estamos lejos y caros de todo, nuestro turismo interno es muy limitado (somos muy pocos en el país).
Una vez más debemos agudizar nuestro ingenio y sacar opciones promocionales validas que no impliquen más sacrificios económicos en las empresas.
Una opción puede ser gestionar multidestinos, unirnos a los vecinos, dentro o fuera del País, y promocionarnos juntos.

Otra opción es promocionar varios productos y ofrecer paquetes que vayan desde turismo de termas, turismo histórico, turismo cultural, turismo de playa, todo integrado en una visita al País.
Otra opción y la mas rápida de implementar, es ofrecer propuestas integrales de todo incluido, donde el turista no tenga que pensar nada mas que en descansar, como lo hace todo el caribe y otras regiones.
Otra es crear un Bureau de Convenciones, y explotar profesionalmente este producto, que sin dudas convoca al turista que mas gastó per cápita.

No juzguemos lo que hacen o no hacen otros países, hagamos nosotros.

Como vemos, opciones pueden haber muchas, pero falta su implementación, y ese es el motivo de nuestro llamado a reflexionar y analizar juntos las opciones de mejora y crecimiento que debemos recorrer para que este desarrollo no nos duela tanto”.

El autor de la nota, Eduardo Segredo junto al Cdr. Juan Ángel Martínez, vice-presidente de la CAMTUR

Agradecemos mucho a Juan por su tiempo y esperamos que Ustedes queridos lectores hayan disfrutado de este artículo.

Para culminar desearnos a todos los que trabajamos en Turismo un feliz Día Internacional del Turismo este 27 de setiembre bajo el lema:  “Turismo y agua: proteger nuestro futuro común”.

 

Que así sea.

 

publicado en El Empresario de Salto

 

L/D

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