Isla do Combu: el cacao, la selva y una madre que crece hacia el cielo

A tan solo un puñado de minutos en lancha desde el bullicio de Belém, el mundo cambia. El concreto da paso al agua, las avenidas al río, y el reloj se rinde ante el ritmo de la selva. Estamos en la Isla do Combu, un santuario de biodiversidad, memoria y sabor. Aquí, la vida gira en torno a tres pilares: el bosque, el cacao y la sabiduría ancestral.
Por Jacobo Malowany – Para CIPETUR. Crónica biocultural desde el corazón de la Amazonía brasileña
El árbol que respira el tiempo
En el centro de la isla, se alza una samaúma monumental, un árbol sagrado de más de 40 metros de altura que domina el dosel del bosque como una catedral natural. Conocida como "la madre de los árboles" por los pueblos amazónicos, la samaúma es más que un ser vegetal: es refugio, calendario, símbolo y raíz. Sus raíces tabulares abrazan la tierra y actúan como reservorios de agua, incluso en épocas secas. En su sombra, el bosque florece y la cultura se protege.
El cacao que nace bajo la copa
Muy cerca de sus raíces, entre árboles de pupunha, jengibre y flores silvestres, se encuentra la Casa do Chocolate da Dona Nena, uno de los puntos de mayor valor simbólico y económico de la isla. Como nos muestra el cartel ilustrativo de Vida Caboca Turismo, la experiencia va mucho más allá de una simple visita. Es una inmersión en el ciclo virtuoso del cacao amazónico.
El cacao en Combu no es solo un cultivo: es una forma de vida. Las mazorcas crecen bajo sombra, en parcelas agroforestales que respetan la biodiversidad. El proceso es artesanal desde el inicio: recolección a mano, fermentación natural, secado al sol, tostado lento y molienda manual.
La más reconocida en esta práctica es Dona Nena, apodada “Filha do Combu”, quien transformó el cacao familiar en un producto de excelencia. Sus barras de chocolate 100 % cacao conquistaron primero a los mercados locales y luego a chefs de renombre como Alex Atala y Thiago Castanho.
Bajo la copa de la samaúma, los granos fermentan, se transforman, y cuentan su historia con sabor. Cada tableta de chocolate es también un manifiesto de sostenibilidad y orgullo amazónico.
Su chocolate, elaborado artesanalmente con fermentación y molienda natural, ha llegado a las cocinas de chefs renombrados y al corazón de quienes creen en una economía con rostro humano.
Sabores que saben a selva
Visitar Combu no es solo ver. Es saborear. Y para eso, nada como una parada en el Eco Restaurante Saldosa Maloca, donde la gastronomía y los saberes amazónicos se fusionan en cada plato. Desde preparaciones con açaí tradicional hasta pescados de río sazonados con especias nativas, el menú revela una Amazonía que se siente en el paladar.
Aquí, comer es aprender. Es dialogar con los ingredientes, con la historia, con la biodiversidad. Todo servido sobre una mesa de madera, bajo techo de hojas y con el sonido del agua como banda sonora.
Turismo biocultural: un modelo posible
La propuesta de Vida Caboca Turismo, como se refleja en su cartel de experiencias, es clara: innovación y credibilidad al servicio de la naturaleza y de sus guardianes. Visitar la isla no es consumir, es participar. Desde el tour por la fábrica de chocolate hasta los talleres con comunidades locales, todo está diseñado para que el visitante se lleve algo más profundo que una postal.
La Isla do Combu no es solo un lugar: es un manifiesto. Un modelo de cómo la Amazonía puede vivir de sí misma sin destruirse. De cómo el turismo puede ser puente y no carga. Y de cómo un árbol puede enseñar más que un libro si sabemos detenernos a escucharlo.
Ficha para el viajero consciente
? Ubicación: Isla do Combu, frente a Belém, estado de Pará, Brasil
? Acceso: 15 minutos en lancha desde el Puerto de Belém
? Qué hacer:
– Visitar la Casa do Chocolate de Dona Nena
– Almorzar en el Eco Restaurante Saldosa Maloca
– Caminar por senderos de selva hasta la samaúma
– Participar en rutas bioculturales guiadas por Vida Caboca Turismo
? Recomendación: Cámara lista. Lo que se vive aquí no se olvida fácilmente.
La visita a la Isla do Combu formó parte del programa oficial del II Encuentro Brasileño de Periodistas y Comunicadores de Turismo, organizado por FEBTUR en Belém. Fue una inmersión vivencial y sensorial que permitió a los comunicadores de distintos países —entre ellos Uruguay, Argentina y España— conocer de cerca uno de los modelos más consistentes de turismo biocultural en la Amazonía. Desde el tránsito en lancha por los igarapés hasta la degustación de chocolate artesanal y las charlas con los productores locales, la isla se convirtió en aula viva, donde tradición, sostenibilidad y comunicación dialogaron bajo la sombra de la samaúma.
“Donde la ciudad termina, comienza una selva que aún sabe quién es. La Isla do Combu nos habla con chocolate, raíces y río. Solo hay que saber mirar.”