Turismo y agua en Uruguay: un compromiso con la sostenibilidad

El agua es vida. Alimenta la producción de alimentos, regula ecosistemas, permite el desarrollo de comunidades y sostiene la salud y el bienestar humano. También es la base del turismo: playas, termas, ríos y reservas naturales dependen de su preservación. En la Semana Mundial del Agua, Uruguay nos invita a pensar en cómo este recurso vital se conecta con el turismo y con nuestro futuro.
Por Jacobo Malowany para CIPETUR
Un recurso limitado con rostro turístico
Aunque parezca inagotable, el agua es un recurso limitado y vulnerable. El cambio climático, la presión urbana y la intensificación agrícola y turística generan tensiones que ya se sienten en distintas regiones del país.
En la Costa Atlántica y en los sistemas fluviales, la calidad del agua define la experiencia del visitante: mares limpios, médanos verdes, bosques cuidados y lagunas saludables son parte esencial del atractivo turístico. Sin embargo, en muchos casos el agua no está a la vista: se esconde en acuíferos subterráneos que abastecen a las localidades costeras y que requieren protección especial frente al crecimiento inmobiliario y turístico.
El acuífero guaraní: un tesoro compartido
Uruguay forma parte del Sistema Acuífero Guaraní, uno de los mayores reservorios de agua dulce del planeta, compartido con Argentina, Brasil y Paraguay. Se estima que contiene alrededor de 30.000 km³ de agua dulce, aunque solo una fracción es renovable.
Este recurso alimenta las reconocidas termas de Salto y Paysandú, motor del turismo termal del litoral, y también sostiene comunidades rurales y urbanas. La presión sobre el acuífero obliga a diseñar estrategias conjuntas de manejo responsable, ya que de su equilibrio dependen tanto el desarrollo turístico como la seguridad hídrica de la región.
Turismo y agua: ejemplos de sostenibilidad en Uruguay
Uruguay cuenta con varias iniciativas que vinculan turismo, educación y gestión responsable del agua:
Aguasol Hotel Termal (Salto)
Un pionero en turismo sustentable. Implementa energías renovables con paneles solares, utiliza sistemas de bajo consumo, realiza forestación con especies autóctonas y gestiona de forma consciente el uso del agua termal. Fue certificado con el sello Oro del programa “Hoteles más Verdes”, que distingue la infraestructura eco-sustentable.
Circuito “El Agua y la Vida” (Laguna del Cisne, Canelones)
Un proyecto de turismo social y educativo que combina escuelas rurales, productores y visitantes en recorridos que muestran cómo el agua sostiene la vida de la cuenca. Incluye talleres, visitas guiadas y recorridos en bicicleta que fomentan la conciencia hídrica.
Reserva Natural Salus (Lavalleja)
Un área de más de 1.300 hectáreas gestionada en alianza con Vida Silvestre Uruguay, donde se protegen bosques y cuencas que abastecen fuentes de agua mineral. Su plan de manejo combina conservación ambiental con turismo cultural, siendo un ejemplo de cooperación público-privada.
Quebrada de los Cuervos (Treinta y Tres)
Parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, resguarda cursos de agua cristalina que alimentan la biodiversidad serrana. Allí se regulan las actividades turísticas para evitar impactos negativos y se promueve el ecoturismo como herramienta de conservación.
Museo del Agua (Aguas Corrientes, Canelones)
Ubicado en una antigua planta potabilizadora, este museo recorre la historia del agua potable en Uruguay. Es un espacio clave para sensibilizar a estudiantes y turistas sobre el valor de este recurso y los desafíos de su gestión. Hay que gestionar la visita en la web de OSE.
Programa “Áreas Liberadas” (Montevideo)
Un proyecto urbano que limpia arroyos y cursos de agua de la capital, recuperando espacios públicos y fomentando la participación ciudadana. Demuestra cómo la gestión hídrica también forma parte del turismo urbano y la calidad de vida de los habitantes.
Cada gota cuenta
El turismo en Uruguay depende directamente de la calidad del agua: en las playas, en las termas, en los paisajes naturales y en la vida de las comunidades que reciben visitantes. Protegerla no es solo tarea de los gobiernos o las empresas, sino también de cada viajero y residente.
Cada gota cuenta. Cada acción suma. Desde un hotel que gestiona sus consumos hasta un visitante que cierra un grifo, todos formamos parte de un compromiso compartido.
Cuidar el agua es cuidar el turismo, y cuidar el turismo es cuidar el futuro de Uruguay.